0
Your Cart

Terruño

Quién sabe por qué, pero según contaban mis padres, yo siempre había querido hablar inglés. De chiquita, hacía de cuenta que lo hablaba y por supuesto que era todo incomprensible. Mamá una vez me escuchó hablar “raro”, me preguntó qué estaba diciendo y yo le contesté que estaba hablando inglés.

Por eso, a los 8 años, me inscribieron en “La Cultural” para estudiar inglés y no paré nunca.

A mis 18 años, soñaba con conocer Londres y me la imaginaba lejana. Me imaginaba a mí misma recorriendo calles que no podía en ese momento, dibujarlas en mi mente: Más allá de alguna imagen de un libro, en esa época, cómo conseguías conocer una ciudad no habiéndola visitado nunca?

Por suerte pude venir recién a los 24 años y gracias a mi auto financiamiento, porque a mí económicamente, nunca nadie me ayudó. Y pude conocer el lugar de mis sueños.

Volví a los 29 y esta vez recorrí Inglaterra, Escocia y Gales con mi amigo Jonathan, mi único amigo británico que conocí, paradójicamente, en Argentina.

En el 2005 vinimos a vivir con Ale y nos afincamos y nos seguimos sintiendo cómodos y como en casa, como nos sentimos desde un primer momento.

Pero fue en el 2007 cuando conocimos Italia que yo sentí… algo. Algo. Sentí pertenencia, sentí nostalgia, sentí que extrañaba eso que miraba a mi alrededor y era desconocido pero a la vez familiar.

Miraba a las personas y se me llenaban los ojos de lágrimas: Creía ver a mi abuelo en cualquier calle, a tíos y tías que ya no estaban, a las señoras que hacían los mandados por mi barrio con su bolsita elástica y sus peinados prolijos. A los chicos que jugaban a la pelota y a los gritos gesticulaban o discutían.

Sentí el terruño, sentí que mis ojos reconocían todo lo que veían. Como si ya lo hubiese visto todo antes. Me sentí parte. Sentí mi historia y los lazos familiares.

14 thoughts on “Terruño

  1. La sangre de los ancestros nos llama desde el inconsciente.
    Cuando yo era chico tambien me gustaba el inglés. Mi papá, que perdió a sus padres siendo niño repetía de memoria algunas palabras en inglés que habia aprendido de su madre.
    Yo no conocí a mi abuela paterna pero supe que era irlandesa. Su nombre era Brígida Joyce. Nombre bien irlandés: Santa Brígida es la madrina de Irlanda y el apellido Joyce es famoso por el escritor James Joyce.
    Ojalá algun dia pueda visitar Dublín, su tierra natal.
    Me alegra mucho que vos hayas podido hacer eso. Es algo muy fuerte y que llega al corazón.
    Saludos.

    1. Sí, Miguel, es así, muy fuerte, inexplicable, te emociona y a la vez te hace sentir feliz. Espero de corazón que puedas conocer Irlanda!

  2. Te entiendo totalmente Alicia es muy cierto eso, en ciertos lugares , cuando son especialmente desde donde vinieron o en donde vivian nuestros familiares uno siente una conexion, tal vez por alguna historia de los abuelos o algo asi. A m me ha pasado el año pasado cuando estuve visitando el pais vasco español y la zona de Francia. Especialmente en Saint Jean de Luz en donde habian venido los abuelos de mi madre. Veia esas caras y me parecian a la de ellos. Una gran emocion en su bella Iglesia, alli pense que varios de ellos se habrian bautizado, casado etc. Tambirn recorri Baiona y Donosti lugares que recordaba como en donde vivieron los antepasados. Muy interesante todo, aunque nunca encontre un lugar con el apellido de ellos como te paso a vos Alicia!!!

    1. Marchu, a vos también! Viste, uno es como si se reconociera también en las personas que ve! Gracias por compartir tu historia, me encantó! 😀

  3. Lo que contás me pasó cuando fuimos al Reino Unido con mi hijo este enero que pasó. Quizás esa parte de nuestra herencia parecía la que menos huella había dejado, podría ser por las características de esa rama familiar o porque la rama de origen italiano “hizo más ruido”. La realidad es que me reconocí en actitudes, modos de ser, gustos. Como decís estaba en el inconsciente y de a poco con los años fue aflorando. Me sentí en casa y de alguna manera fue como cerrar un círculo. Lo que más me alegra es haberle brindado esta oportunidad a mi hijo que tiene 18 años. Muchas gracias por compartir tus vivencias, soy nueva en este espacio.

  4. Nosotros también tuvimos la misma sensación… hasta nos parecía encontrar a personas con rasgos similares o vestidos como alguien de nuestro pueblo y no salíamos de nuestro asombro.
    Otra cosa curiosa, fue caminar por algunos cementerios y al leer los apellidos nos parecía que estábamos en el nuestra localidad.
    Besos!

    1. Betty, qué experiencia, no es así? Te deja pensando y recordando y, de alguna forma, uno se siente parte de un lugar lejano, pero solo geográficamente. Besos y gracias por compartir!

  5. Hola Ali, me siento muy identificada con lo que relatas, amo Londres y podría visitar cada año sin aburrirme pero cada vez que piso suelo italiano me siento realmente como en casa, me parece ver y escuchar a mis bisabuelos y abuelos maternos sobre todo en los pueblos menos turísticos y que nosotros amamos recorrer. La sangre tira dicen y yo creo que definitivamente es cierto. Saludos!

    1. Gaby, vos también! 😀 Sí, concuerdo con vos, la sangre tira!! 😀 Y es en los pueblitos no turísticos de cualquier lugar del mundo donde te encontrás con lo genuino! Besos!

  6. Hola Alicia es tal cual lo describís. De chica le decía a mi abuelo que quería que me lleve a Italia.
    A mis 18 arranqué a estudiar italiano y me fui a los 27 un año a vivir. Llegué y me sentía en mi casa. Sentía todo familiar: olores, calles. Casi que podía ver a mis tíos jugando a las cartas. Entonces comprendí que había crecido con las mismas costumbres con las que podría haber crecido en Italia.
    Muy lindo post!! Saludos

    1. Paula, qué hermosa tu experiencia! Se ve que sabías muy bien lo que querías y te felicito porque lograste tu sueño! Gracias por compartir!

  7. Q lindo Ali!!!! me pasaba lo mismo con Londres, porque cuando estudiaba inglés me quedó grabada una imagen de St Paul’s Cathedral (que por suerte pude conocer…) Es un flash, esa ciudad es mágica para mi. Pero tengo mis raices italianas como vos, por ambos lados de la familia (abuelos paternos y padre nacido en Abruzzo y abuela materna nacida en Piamonte.. tengo una bisabuela francesa, pero el resto de mis bisabuelos de ambos lados nacieron en Italia)… y tuve la dicha de ir con mis viejos de chica, después sola una vez a los veintipico a visitar a mi tía y primas… siempre lo que sentí cuando nos vemos es una conexion que no debilita ni el tiempo ni la distancia, y es reconocerse tal vez en algunas costumbres aunque no nos veamos casi nunca!
    Ahora temo ir, porque en cada rincon voy a recordar a mi papá q ya no está y me va a costar… pero Italia es bellìsima y siempre la tengo en mi corazón!!!

    Besos Ali!

    1. Hermoso lo que compartís María Marta! Pasa eso, cuando empezamos a perder a nuestra familia, cualquier contacto que tengamos con algo que tenga que ver con nuestra historia y memoria, se nos estruja un poquito el corazón, así estemos contentos de visitar un lugar que tenga que ver con nuestra identidad. Besos, gracias por contarnos parte de tu historia!

Comments are closed.