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Stavanger Día 2

Ale.

Hoy fue todo naturaleza, a fuerza de trekking y a fuerza de voluntad! No recuerdo un trekking tan difícil y tan complicado, a tal punto que a los 15 minutos me quería volver! Pero mi marido me conoce bien y me fue engañando cada tantos metros diciéndome “ya falta poco” y yo, la ingenua que le creo! Así me tuvo las dos horas y media que duró la ida!
Sinceramente, pongo en duda que hayamos tardado tan poco. Para mí fue una eternidad porque el camino mismo no era fácil.
Primero tomamos un ferry que nos dejó en Tau y luego un micro.
Que en media hora nos dejó a la entrada de donde debía comenzar nuestra odisea.
Nuestro objetivo era llegar a la famosa Preikestolen o Pulpit Rock, una de las atracciones más visitadas de Noruega. Se trata de un acantilado de 604 metros y que arriba es chato pero para llegar hay que ca-mi-nar. Y cómo!

Al empezar, foto de rigor con todo el optimismo!
Primero costó porque el camino era empinado.

Aunque todo divino y mucha naturaleza y el piso liso.
Te podías guiar por las piedras marcadas con una “T” roja.
Luego, seguía empinado pero ya había que caminar sobre piedras irregulares, lo cual demandaba más esfuerzo y dicho esfuerzo se notaba en los pies, piernas y rodillas.

Piedras y escalones ad hoc.

Lindo lo que se veía, sí.

Había que tener cuidado porque, si bien los caminos están muy caminados y hay gente constantemente, una patinada que te mandes, te podés ir dando tumbos para abajo.

 Basta! Sigue para arriba!
Pero por suerte, las piedras no estaban patinosas porque eso suele suceder en invierno cuando hay nieve o escarcha.
Hoy había un sol divino pero de todas formas, yo me quería volver!
Cuántas veces dije “Yo me vuelvo!”, a pesar del paisaje.
Ale, como si nada, sacando fotos sin miedo a la altura.
Yo tampoco tengo miedo a la altura. Más bien le tengo miedo a lo que imagino que pueda pasar.
Una de las técnicas que puse en práctica fue mirar para abajo, mirar y concentrarme en las piedras, porque si veía todo lo que me quedaba…
Me daban ganas de volver!
Cuánto falta!?!?
Es ahí? No? Me quiero volver!
Cuando ya parecía que no faltaba nada, nos encontramos con la chica que conocimos ayer en la chocolatería. Nos saludamos y ella ya volvía y -por qué?!- se me ocurrió preguntarle cuánto quedaba.
“Una hora,” me dijo como si nada.
Qué!?! UNA HORA TO-DA-VÍA?! Yo me vuelvo!
Pero seguí igual, y esta vez todo era mucho más empinado, más piedra para pisar y me callé la boca, de qué servía quejarse.

Sigamos entonces…

Bueno, tampoco es que tuve tooooodo el tiempo quejándome. Cada tanto se me escapaba alguna queja pero noté que cuando hacés trekking es mejor callarse porque si no gastás mucha energía y además, a pesar del esfuerzo, es una buena práctica para dejar volar tu mente y pensar cosas o recordar otras.
Y así fuimos llegamos. La única sección donde había de qué agarrarse!

Empezamos a divisar el fiordo Lysefjorden. No apto para quienes sufren de vértigo!

Ufaaaaa, basta de la cuesta arriba!

Es ahí? Sí?! En serio!?! Estamos llegando en serio!?!

Ya venía desde ayer diciéndole, pidiéndole, implorándole a Ale que POR FAVOR no se le ocurriera hacerme ninguna broma simulando que se caía. Es que uno ve las fotos y cree que un paso en falso, un viento fuerte y desaparecés como el Coyote del Correcaminos.
Pero no es tan así. O tuvimos suerte porque no había nada de viento, el sol estaba fuerte y sí, es empinadísimo pero mientras no te hagas el loco y pisás firmemente, todo bien.
Así es que llegamos y me quise volver. “No, qué volver! Esperá!,” me pedía Ale.
Qué más había por hacer? No habíamos llegado, acaso? Ah no, a él se le ocurrió subir más arriba para poder sacar fotos desde otra perspectiva.

Buenas fotos, eh?

Y bueno, me cambió el humor cuando vi que yo también me podía sacar fotos locas.
La vuelta fue durísima porque a pesar de que esta vez el 80% del camino fue cuesta abajo,costó porque al no ser uniforme, no podés preveer con qué fuerza pisar o cuánto vas a bajar. Te cansás lo mismo que al subir o más porque ya arrastrás cansancio!
Según un GPS de Ale, tardamos algo así como 1 hora 20 minutos en bajar y lo mismo que antes, para mí, para mi organismo fue más!

Mapa de la ida.

A la vuelta! Lo logramos!

Esperamos al micro, subimos y nos quedamos dormidos enseguida! El viaje duró los 30 minutos también pero al querer volver a caminar, sentimos las piernas pesadas como piedras! 

Sin embargo, nos sentimos muy contentos de haber cumplido con este objetivo que nos propusimos vaya uno a saber por qué… bueh, porque vinimos a Stavanger y ya que estábamos en el baile, bailamos!
Creo que tenemos que aprovechar que todavía nos dan los años y por suerte la salud también, para proponernos estos desafíos y por consiguiente, hay que hacerlos y disfrutarlos: dentro de 10 años vaya uno a saber si vamos a poder!!!
Estoy súper cansada! A dormir entonces! Buenas noches y nos encontramos mañana!!!

16 thoughts on “Stavanger Día 2

  1. UY! Te entiendo! A mi me pasó parecido a lo que contás en Córdoba el año pasado… salvando las diferencias (obvio), pero como encima tengo vértigo, tenía miedo de caerme todo el tiemó! Y mi marido me decía “dale que llegamos, dale que llegamos” y así seguíamos. Igual cuando llegás, una ve que valió la pena el esfuerzo, pero qué miedo, mamita!!!

    Hermoso el lugar y qué geniales las fotos todas. Besazo!

  2. Que buen trekking Alicia, felicitaciones, los paisajes realmente preciosos y el clima acompañando espectacular, se ve una geografia bastante virgen y me recordó de inmediato a los paisajes de la patagonia (nostalgia del fin del mundo snif snif).
    Eso si las fotos en la punta del acantilado me dieron un poco de vertigo, yo no habria sido capaz de ir pararme tan en el borde, que valientes ustedes!

    saludos
    Lorena

  3. gracias por hacer el esfuercito para que nosotras disfrutemos de las fotos en la comodidad de nuestras sillitas de computación!

    te felicito por lograrlo! te tocó un día impecable =)

    Espero que hayan elongado al final sino mañana vas a tener día de Spa!

  4. Leí muchísimos diarios de viajes comentando la subida a El Púlpito, pero ninguno tan gráfico como el tuyo!

    Me alegra que lo hayan logrado, nosotros ni pudimos intentarlo porque llovía… grrrr

    Besos

  5. HOLA, que lindas, bellas fotos esos acantilados preciosos y me hicistes reir con eso del coyote del correcaminos, que me trajo recuerdos. Fue duro pero valio la pena hacerlo el trekking.
    Que intrépidos uds dos!
    Saludos

  6. Me E-N-C-A-N-T-A !!!!!!

    Tambien me hubiese quejado todo el tiempo, pero me encantaria hacerlo; que lugares !!!! que fotos!!!! bien vale la pena el esfuerzo; te dije que me ENCANTA??!!!

    Besos.

  7. Que paseo tan alucinante! Me encanta el trekking! Es cierto que es un esfuerzo, pero vale la pena! Hermosos paisajes fueron encontrando por el camino, y ese acantilado se ve increíble!! Me daría algo de miedo acercarme al borde, pero la vista se nota es maravillosa!
    Sigan disfrutando! beso

  8. Muy bueno el post!
    La verdad que vale la pena semejante caminata, aunque entiendo a full como la sufriste, para tener la vista que tenías cuando llegas. Está como para ir en ojotas, no? jejeje

  9. Guauuu que lindo. La primera foto que pusiste es genial es impresionante me encanto! Se nota que eres bastante deportista debes tener piernas de acero.
    Que lindos lugrares mueatras dan ganas de ir a conocerlos.
    Un abrazo por cierto el color de tu cabello me gusta.

  10. QUe lugar divino! valio el esfuerzo, son increibles las vistas, y el vertigo tambien ….
    Las imagenes sacadas en el borde, me dan vertigo de mirarlas desde aca , sentadita y segura 🙂

  11. Jajaja q vaga ehhh! No te tenia asi! Jajaja yo p**eo a lo loco cuando tengo q hacer un esfuerzo fisico.. no digo q me quiero volver, pero p**eo!

    Noruega, con sua fiordos y su Laponia son grandea pendientes! Genial q lo hayas podido hacer 🙂

    Vivaaaa!!!

  12. Jajaja q vaga ehhh! No te tenia asi! Jajaja yo p**eo a lo loco cuando tengo q hacer un esfuerzo fisico.. no digo q me quiero volver, pero p**eo!

    Noruega, con sua fiordos y su Laponia son grandea pendientes! Genial q lo hayas podido hacer 🙂

    Vivaaaa!!!

  13. ayyy que espectacular! pero no se si me animaría, me da vértigo sólo mirar las fotos!
    que linda sensación debe ser llegar! besos

  14. Hermosas fotos y hermoso lugar!
    jajaja… yo soy igual! todo el tiempo me quiero volver pero este verano ese papel le tocó a mi hija mayor. Subimos los 5 al Cerro López en Bariloche y fue tremendo pero a mi me costó más bajar que subir. Es verdad que bajar, aunque sea cuesta abajo no es tan fácil y cansa. Pero cómo disfruta uno cuando llega y mirás a tu alrededor y tenés esas vistas maravillosas.
    Te cuento que tus fotos me tentaron a hacerlo 😀 muy buenas!
    También me pasa eso de darme más miedo lo que pueda pasar que lo que pasa. Mi hija menor nos tenía con el corazón en la boca porque se iba siempre para el borde de los caminos… uuufff!

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