El último día en El Cairo fue muy duro, en realidad, el tiempo que estuvimos esperando el vuelo en el aeropuerto fue muy fuerte porque nos tuvimos que levantar a las 4 de la mañana para el vuelo de las 7 de la mañana. Y había cenado tarde la noche anterior. O sea, dormí poco y a una marmota no se le puede pedir éso! Se me cortó la digestión!
Tal vez fue que me quería ir de Egipto de una vez? Admito que lo disfruté mucho pero se ve que el calor no me hace bien. Tal vez haya tenido un golpe de calor… En fin.
Como siempre me pasa, de un lugar que me voy recuerdo la comida y la gente.
Y voy a recordar la miseria que me encontré. No pensé que Egipto era un país tan pobre. Ni tampoco que la gente fuera tan tranquila y tan generosa.
Antes de venir Karen nos había prevenido que la gente pide propina por todo, sobre todo quienes trabajan en servicios. A mí me había caído un poco mal. Pero saben qué? Cuando estás ahí te das cuenta de que la propina es una diferencia en sus paupérrimos salarios.
Quiénes esperan una propina? Quienes te levantan una valija, personal del hotel por cualquier preguntita que hagas, algún empleado de un negocio que te ayuda a comprar cosas, porque nos pasó que fuimos a un negocio y una chica nos seguía a todos lados y ella se encargaba de llevar lo que elegíamos, al mostrador. Bueno, es así, tampoco podíamos estar, “No, querida, dejá que lo llevo yo, ” tratamos de seguir sus costumbres
Ni hablar de los taxistas. O los mozos o, también, quienes están a la entrada de diferentes secciones en los lugares históricos.
Pero también hay otros que no deberían: los policías te piden o si no, desarrollan estrategias como uno que nos encontramos: estábamos caminando por una calle camino a nuestro hotel y un policía nos vio y nos seguía a una distancia y nos quería dar conversación pero lo ignoramos educadamente. Pero igual nos seguía. Ale se dio cuenta que era para hacernos ver que nos estaba cuidando y cuando llegamos al hotel Ale le dio una propina, o sea, hay que estar ahí para no darles, es fácil decir de afuera “yo no lo hubiera dado” pero ellos están ahí esperando éso.
Otros que esperan propina es gente que anda dando vueltas por los templos y te llaman bajito, una vez que la guía se va y te deja explorando. Y te llevan a rincones donde no te llevan y te hacen sacar fotos. Y una vez me asusté porque uno, con un arma colgada de su hombro, nos llevó a un lugar y no estuvo conforme con la propina que le dio Ale (no teníamos más! El cambio volaba con tanta propina!) y dije, “vámonos” porque estábamos los tres ahí en un rincón donde nadie nos veía y tenía miedo de que nos apuntara o amenazara. Pero, ahora a la distancia, fue algo exagerado de mi parte.
La gente es tranquila, en general, pero el tránsito es caótico! Nadie respeta nada, casi que no hay semáforos y la gente cruza metiéndose entre los autos que nunca frenan, apenas desaceleran un poco si ven que alguien se acerca. Familias enteras cruzan así.
Acá hay un ejemplo, el sol me daba de frente, pero creo que es claro cómo cruzan las calles aunque todavía no había tanto caos. Estaba poniéndose el sol y todos estaban apurados para llegar a sus casas para cenar en familia, por Ramadán.
No me voy a olvidar de la nena que nos quería vender unos señaladores y Ale aceptó pero Karen le pidió un precio especial. Lo concedió y le preguntamos si le podíamos sacar una foto. Accedió y Ale le dio una propina. Pero, tan amorosa, se ve que se sintió contenta que quisiéramos tener una foto con ella que insisitió e insistió y a Ale le regaló un sobre con postales. Karen le preguntó si nos lo iba a cobrar pero muy enfática dijo que no.
No me voy a olvidar de la amabilidad de los mozos y tripulación del barco. Y del sentido del humor de los mucamos! (porque no había mujeres) y siempre nos dejaban algo gracioso en el cuarto, por ejemplo, este muñeco que armaron con nuestras batas, las toallas, mis anteojos de sol y la gorrita de Ale!!!!
Alicia me lei todos tus post de los viajes…que lindo se ve la pasaron, me encanto como se ve Egipto. Tus fotos y narraciones siempre geniales.
Lo de las propinas entiendo se te acabara el suelto jaja….que bueno lo del sentido del humor , me rei con ese munec qu armaron 🙂
Linda experiencia la de ustedes.
besos
Me encanta como cuentas tus viajes, parece que estoy con ustedes. Si bien me gustan los paisajes y los lugares históricos y museos, creó que lo que más disfruto es la gente, sus costumbres, su forma de vida, sobre todo en un país con una cultura tan distinta a la nuestra. Realmente he disfrutado leyendo estos post de tus viajes por Egipto.Con afecto tía Elsa.
Aii que plato la última foto, aunque se arriesgan los tipos porque a algún huésped le puede caer mal!
Anyway, lindo post como siempre, coincido con ‘tia elsa’ parece que estoy con ustedes.
Recuperate de tu cacona haha que imprudente soy.
Slds,
Rodi
Karla,
gracias por tu seguimiento! Qué paciencia!
Tía Elsa,
gracias!!! Sí, es hermoso estar en un lugar y maravillarse ante los edificios y demás pero lo que te queda en la memoria, generalmente, es la gente y cosas que te sucedieron interactuando.
Rodito,
gracias amoroso. Ya estoy recuperada.
Compartimos con uds. un viaje más, conociendo los lugares de interés, su gente y sus costumbres!
Mucho contraste con el de Honk Kong, verdad?
Egipto no está en mi lista de “destinos deseados”, pero entre tu viaje y un blog que leo, me están haciendo cambiar de idea! jajja uno más para soñar!!
Gracias por dejarnos viajar con uds.!!!
el muñeco genial!!! que buena onda!! aunque lo hagan por la propina!!!
Besos
Betty,
sí, es mucho pero mucho contraste con el de Hong Kong! Sí, dale, vale la pena ir! Gracias una vez más.
aca otra que siguio tu viaje…!, que me parecio larguisimo!
hasta me diste un poquito de ganas, pero en un mes menos templado!!
besos
Estàs embarazada…