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La Señorita Emilce

Año 1978. Tercer grado con la Señorita Emilce y su florero.

Escribir sobre la señorita Emilce me da palpitaciones. Me senté a escribir porque es hora de que lo haga, ya que el tema no lo traté nunca en terapia y de vez en cuando es bueno exorcizar ciertos demonios.

Recordarme como alumna de esta maestra es ir más allá de describir una simple relación educador-educando: Es darse cuenta de que a pesar de que la odié, le temí y la admiré, fue quien selló mi destino para que fuera yo, eventualmente, docente también.

Empecé primer grado en una escuela muy cerca de casa y en un año tuve como cinco maestras. Quién sabe si por desorganización o qué, pero las maestras duraban muy poco y la fama de esa escuela no era de las mejores.

Así que mamá decidió cambiarme a la escuela 28 Hilario Ascasubi, que quedaba un poco más lejos pero que tenía buena fama.

Recuerdo mi primer día de clase en un aula grande, con muchos chicos y sólo conocía a una nena y con ella me senté. Recuerdo (habrá sido uno de esos primeros días) que la señorita Emilce nos dió un problema para resolver, yo hice la cuenta, fui a corregir y como si fuera hoy, recuerdo su birome azul tachándome todo y sin decirme nada, con su letrota, escribió al costado izquierdo “Planteo” y al costado derecho “Solución” y más abajo “Respuesta”.

Y debajo de cada título escribió ella todo lo que yo tendría que haber hecho y me mandó a sentar.

Para mí, que no sabía cómo venían trabajando (porque esta maestra ya había estado con estos chicos el año anterior) que me haya escrito eso fue como si hubiese escrito en chino: no entendía nada!

Me fui a sentar y al siguiente problema que dió y a los próximos que daría en los meses siguientes, los fui haciendo como me salían, con cierta lógica pero como nunca me explicó cómo, nunca me salían como ella quería!.

Segundo grado lo recuerdo muy gris, yendo a la escuela para escuchar los gritos pelados de esta mujer cuando se enojaba con nosotros, sus alumnos.

Como toda niña de 7 años, yo quería a la maestra como se quiere casi a una madre y buscaba su aprobación, algo que nunca tuve de su parte; me parecía una mujer muy fría y hasta a veces no sabía cómo hablarle por miedo a que reaccionara con un grito.

Se ve que en tercer grado, al año siguiente, le habré agarrado un poco más la mano o ya me resbalaba lo que dijera o ya había encontrado en otro lado un modelo más accesible de docente: Ms. Sylvia, mi primer profesora de inglés. En inglés me iba genial, era la mejor alumna y me hizo muy bien a la autoestima y a la vez, no era muy consciente de que estaba aprendiendo.

La señorita Emilce tenía a su hija que también iba a la Cultural y, aunque estaba en otro curso, sabía cómo me iba y cuando algo me salía mal, me lo reprochaba: “Cómo puede ser que te vaya tan bien en inglés y acá, en la escuela, no?” Nunca supe qué responderle. Si hubiese sido Mafalda, le hubiese contestado que la respuesta la iba a encontrar mirándose al espejo!

De lo que tampoco nunca me voy a olvidar fue de las veces que me bajaba a tierra con una sarcástica y humillante exclamación que cruzaba todo el aula: “Seminara, como siempre, en las nubes!” Se ve que no le prestaba mucha atención!!!

Sí, era así, nos hablaba esa forma pero, a la vez, reconozco que (como la señorita Gladys) todo lo que nos enseñó, me sirvió. Por ejemplo, nos enseñaba a leer y comprender. De ella adopté la técnica de leer un texto en voz alta y que los alumnos siguieran con la vista, con lectura silenciosa, interrumpir cada tanto y explicar algún vocablo o frase e incentivar la imaginación con preguntas, algo que siempre hice con mis alumnos.

Con ella aprendí todas las reglas ortográficas y desde mis 8 años que escribo sin faltas de ortografía.

Cuando nos dieron la foto que subí aquí (La de segundo grado si la vieran! Me tiene abrazada y su cara apoyada en la mía!) en el álbum donde estaba pegada, ella escribió algo que todavía recuerdo de memoria. Creo que es porque o bien no me lo creí nunca y lo tuve que leer mil veces para convencerme de que realmente fue ella quien lo escribió o porque refleja un cariño que nunca demostró:

“Tus hermosos y dulcísimos ojos hablan de tus nobles sentimientos. Jamás olvidaré esta expresión tuya. Recuerda tú los pasos que diste en estos tres años de la mano de tu maestra que te quiere. Emilce”

23 thoughts on “La Señorita Emilce

  1. Quizás no sabía expresar sus sentimientos, también es cierto que en esa época a los chicos se los trataba asi, un poco con brusquedad como si ya fueran adultos. En fin lo buenos es que pudiste rescatar algo positivos de ella y que se traduce en tus logros. Besos tía Elsa.

  2. Yo también pienso que ella no sabía expresar sus sentimientos. No somos de una generación distinta, yo en el 78 estaba en el preescolar. Recuerdo a mi maestra jardinera, que yo quería mucho y a la de segundo grado, que no quería nada. Y nada más, no tengo ningún recuerdo de ninguna.

    Saludos.

  3. Yo me acuerdo de maestras asi… a los gritos. Y parecian tang grandes y temibles desde los ojos de una niña. Me las he encontrado de grande y era otra historia.
    Me da cierta…gracia, pensar que hoy en dia en las escuelas, con tanta regla y cosa… las maestras de antes tendrian juicios ya. Pero por otro lado, no se si a presion o que…pero aprendiamos…quizas hubiera sido mas lindo haber aprendido sin miedos, pero bue… asi fue.

  4. la maestra q más recuerdo tbn era una q me exigía muchísimo, gracias a la cual aprendí mucho de lo q sé ahora, aunq parezca increible porq fue hace más de 20 años!!!

    a vos te retaban por estar en las nubes, a mí por hablarles todo el tiempo a mis compañeros 😛

  5. Muy lindo post, Alicia!

    Yo tenía una maestra súper dulce en 3er grado, pero siempre se enfermaba ella o la hija de asma, y faltaba mucho. En 4to grado mi mamá me cambió para el aula de una profesora a la que TODOS los ninnos le tenían miedo! Qué manera yo de llorar por tener que ir a sus clases.

    Era estricta, fría. Una vez hasta me hice pipi en el aula por miedo a pedirle permiso para ir al banno. Pero gracias a ella, y bueno, mis genes y neuronas (jajaja) aprendí cantidad y cuando tiempo después mis companneros de clases se quejan de los profesores estrictos, yo soy quizás la única que los defiende, porque ellos son los que nos hacen aprender de verdad!

  6. Mi maestra de 1° a 3° fue la Srta. Delia, un encanto de mujer. Pero tuve algunas tipo Emilce con los años… Creo que eran parte de una generación de personas incapaces de expresar sentimientos, nada personal… Pero es evidente que te dejó huella, eh… Un besito:>

  7. Alice:
    Me encanto erl post y me recordo mucho a lo vivido x mi en tercer grado. Cuando nos mudamos de Santa Fe a Entre Rios me toco la Srta Alba Chiesa. Todos le temian y yo no era la excepcion. Leerte me trajo un recuerdo amargo y dulce a la vez xq si bien la pase mal esos anos, creo que gran parte de lo que soy se lo debo a ellam
    Muaaaaaa
    (Perdon x la falta de acentos, pero no los encuentro en mi blacberry)

  8. Esta Srta Emilce era como medio… jodida? , pero indudablemente a pesar de todo te dió cosas que te sirvieron y por sobre todo al final te dió su broche de oro… que raro que si te quería fuese tan severa ……lo mejor es que no quedaste resentida ne lo absoluto y ademas le dedicas un post!!!!
    Yo hace unos años me encontré con mi profesora de historia con la que mo tenía gran contacto … pero al verla nos reconocimos en seguida y fue muy lindo que me dijera que me recordaba y le daba mucho gusto verme igual que a mi….
    Hermoso post . Besos Alicia

  9. una entrada profunda y tierna a la vez…es bueno recordar a las personas que de una manera u otra marcaron nuestra vida, besos!

  10. Yo no sé, me parece que se puede (y hasta te diría se debe) ser buen maestro y demostrar afecto al mismo tiempo. Una maestra que no es afectuosa debe ser terrible para los chicos, que como vos decís se desesperan por ganarse el aprecio de las figuras de autoridad. Qué recuerdo agridulce.

  11. En el fondo fondo, sus métodos bruscos daban resultados. A veces inculcando el miedo se aprende…
    Yo tenia una prof de matemàtica en la secundaria, que nos trataba de usted y nos taraba del miedo. Pero cuando nos la cambiaron en otro año y vimos que todo lo que habiamos aprendido con ella, no se nos borraba… aprendimos a estimarla. Y al final, en quinto año cuando la tuvimos de vuelta, la valoramos y aprendimos a quererla… al punto que nos la quisimos llevar al viaje de egresados y todo! Y me inspiré en la marca que nos hacia ella en las hojas de las pruebas para hacer el garabato de mi firma.

    A veces, porque te quieren, te exigen tanto.
    Besos

  12. Yo tuve maestras de todo tipo pero no puedo negar que tenían vocación y machacaban hasta que aprendíamos. Si no sabíamos nos ponían mala nota y debíamos aprender para aprobar.
    Yo siempre fui buena alumna y en general no hacían esos comentarios sobre mí, aunque a veces los hacían sobre otros compañeros. Me acuerdo de un chico que a veces hablaba solo y tenía un vozarrón bárbaro, por lo cual hasta la maestra lo escuchaba desde adelante. Cada tanto le decían “R, apagá la radio!!”
    Otra vez una compañera se sacó los aparatos y los dejó en la mesa. La maestra al verlos le dio un sermón bárbaro, yo no entendí nunca por qué no se podían poner ahí.

  13. Es que es así, lamentablemente recordas a los profesores o maestros que te exigen y te hacen aprender.

    Recuerdo a mi profesor de matematica de segundo año. Cuando se presentó dijo: “yo en unos años no me acordare de sus nombres pero ustedes se acordaran del mio por el resto de sus vidas”. Excelente profesor Ruben Williams.

  14. ay, me muerooooo! si no hubieras aclarado la edad ni puesto la foto, hubiera pensado en Lata!!!! lo peor es que tenia cara de divina y amorosa! Me encantó lo de “Seminara vos siempre en las nubes”. Parece que a los golpes se forjan los grandes destinos, ja! o al menos era la idea que tenian antes las maestras. Yo recuerdo a una de 5to., recontra estricta, que fue la unica que me puso en penitencia en mi vida, imaginate … Besitos

  15. Tía Elsa, Mariela, Matichica,

    es verdad, se nos trataba con bastante brusquedad y en épocas de nuestros padres, creo que era todavía peor!!

    Muma, Madre Histérica,

    y, no sé! Capaz que no nos caíamos bien mutuamente… Gracias! Les parece?

    Silvia Navarro, Tamia,Pity,

    gracias!

    Mariana,

    si, como contrapartida ahora pareciera haber mucha calidez pero también hay mucha queja de que se aprende cada vez menos. En fin…

    Ivy,

    mirá vos! Yo charlo a mil también, pero en la escuela no era tan parlanchina! Gracias!

    Cubannita,

    te imagino tan chiquita e indefensa… Qué cruel! Pero pareciera que, a pesar de tanta rigidez, se aprende…

    Richard,

    gracias mi amoroso. Qué bien lo expresaste, el mío también es un recuerdo amargo y dulce a la vez. Besos!

    VesperLind,

    creo que con este post dejé de resentirla, tenés razón. Hasta ahora no me pasó de reencontrarme con algún profesor o maestro que me haya dejado huella. Supongo que me pondría a llorar…

    Sil,

    tal cual, no recuerdo tener una maestra cariñosa como son ahora. Bah, creo que ahora, por lo menos, son de demostrar más afecto…

    Mai,

    genial! Parecido con nuestra profesora de matemáticas, que odiábamos y temíamos y terminamos queriendo para cuando terminamos 5to año.

    Virginia,

    es que no sé si realmente sentía lo que escribió…

    Perla,

    y claro! Si eras la mejor alumna, cómo te va a retar!!!;D Yo me acuerdo de la diferencia de trato que tenía la señorita Emilce con los chicos a los que les iba bien! Qué suerte la tuya! Bah, no, qué estudiosa Perla! Gracias por pasar!!

    Gera,

    wow, encima con apellido inglés. Me lo imagino alto y de mirada severa.

    Ara,

    a vos ponerte en penitencia!?!? Qué hiciste?! No te imagino portándote mal, al menos que hayas fajado a alguna!

  16. Alicia, poniéndome al día yo… me encantó este post realmente. No sé si decirte “a quién no le pasó” eso de tener una maestra que era dura pero al final terminó revelando que sólo era dura porque te quería ver crecer y aprender… pero al menos a mí también me pasó. Siempre me decían que estaba en las nubes. Me acuerdo de un report card de inglés como si fuera hoy: “daydreaming” era la palabra que usaba la teacher para describirme, jajaja.

    Un beso grande 🙂

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