1) Cuando me paso con las comidas digo “estoy empachada“, una frase que me quedó de la infancia.
Se acuerdan? La señora tomaba un centímetro, te apoyaba un extremo sobre la boca de tu estómago, lo extendía, se persignaba y mientras movía los labios diciendo cosas en voz baja, lo iba enrollando apoyando el codo y tomando como medida su propio brazo. Venía por tres días y te curaba.
Es raro porque mamá nos llevaba al pediatra regularmente; si estábamos enfermas llamaba al médico y jamás nos dio remedios sin ser antes recetados.
Supongo que ir a algún curandero era como un backup. Andá a saber…
2) Una vez tenía parásitos y tomé un té de ruda macho. Tendría unos 5 años. A mamá le habían recomendado té de ajo o té de ruda macho. Cómo me habrá traumado el té de ajo que pedí por favor tomar el de ruda macho: Amarrrrrrrrrrrgo pero no me importó!
Cómo supimos que tenía parásitos? Una señora puso agua en un plato hondo, según recuerdo, luego extendió un hilo sobre el plato, el hilo se hundió… algo así. La cuestión es que su diagnóstico fue que yo los tenía y recetó el tratamiento mencionado anteriormente.
3) Otra vez tuve culebrilla. Mamá me llevó a la casa de la tía Fina (una tía abuela creo que era) que vivía lejos y curaba con palabras. Mamá estaba contenta porque no usaba tinta china. La culebrilla desapareció al cabo de unas sesiones.
4) De lo que nunca me trataron fue del mal de ojo, se ve que mamá no creía en eso. Y tampoco nunca me tiraron del cuerito.
Al respecto, recuerdo haber visto hace muchos años al Dr Socolinsky explicando en su programa, que el tirar el cuerito tiene una razón de ser, o sea, no es ningún verso: Consiste en hacer despegar las paredes del intestino, pellizcando la espalda.
Sergio, mi primo, se auto-cura: cuando se siente empastado, se tira el cuerito a sí mismo. Con ruido y todo. Qué impresión me dio cuando lo escuché!!!
Uff hay cada historia con este tipo de cosas! Mi colmo personal: la señora que para no ir hasta tu casa ni que vos te molestes hasta la suya, te pedía los datos del empachado y curaba a un MANIQUÍ en tu nombre! Insuperable! Obvio que había gente que afirmaba que esta era la única manera de mejorarse al instante 🙂
Son cosas que todavía se hacen, de hecho cuando el chico está empachado muchos pediatras te dicen si no conocés una señora que lo cure. Mi sobrina tuvo la pata de cabra, no comia, estaba cada vez más flaquita y chiquita, parece que es un bicho que va comiendo a la criatura hasta que la mata y la curo una curandera. Es la hermana de Grossoedipo. Besos tía Elsa.
yo te digo no creia… pero desde que mi mamá me enseñó lo del mal de ojo, no me falla eh. te juro.
creer o reventar!
Genial tu primo!! no necesita de intermediarios jaja
Demás está decirte que en un pueblo como el mío, esas prácticas continuan.
Besos
Cuánto que te enfermaste de chiquita!!!
Una de las señoras que me cuidaba a mí de chica sabía tirar el cuerito… mirá que la adoraba y hasta el día de hoy la recuerdo con un cariño enorme, pero cómo dolía que te tiren el cuerito!!!!!!!!!
De más está decir que mi madre es muy poco romántica con todas estas cosas, en la cinta nunca creyó; pero yo pienso que de última la cinta no dolía.
Ahora que me acuerdo recurrimos a varios intentos de curandera para curar verrugas en las manos… reconozco que no funcionó ninguno (o tal vez es como que si uno no cree no funcionan).
También me dejaste pensando en lo del mal de ojo… nunca nos cosió piedritas azules ni nos puso la cintita roja en la muñeca pero cuando era chica usaba un colgante contra el mal de ojo, y en casa había un adorno similar (pero en tamaño “casa”)… Tal vez vuelva a implementar los remedios contra el mal de ojo… total, aunque no funcionen no hacen mal a nadie.
Besos!
A mi tildame:
– Empacho curado con el centìmetro,
– Empacho curado con la Tirada de cuerito,
– Ojeadura curada con el plato de agua y las gotitas de aceite,
– Ojeadura curada solo con la mano apoyada en la cabeza,
– Insolaciòn curada con el trapo y el vaso de agua en la cabeza,
La culebrilla me la curé con el doctor, porque no tuve ningun curandero cerca… que si no intentaba!
Y los paràsitos nunca los tuve, asì que zafé de los tés horribles!
Te puedo asegurar que el mal de ojo se manifiesta con un dolor de cabeza terrible… que no se te pasa con ningun analgésico… y creer o reventar, a penas te curan se te pasa! Mi tio doctor, venìa a la casa de mi abuela a curarse de la “ojeadura” jajaja.
Besos
Yo vivia empachado! jajaja! Con la cinta “me curaban”… una abuela del barrio lo hacia tirandote el cuerito, pero me daba tanta impresion ese ruido que nunca me animaba!
Besotes Alice!
De chica teníamos un campo en Varadero (junto en frente al de Tinelli), donde ibamos los fines de semana y me acuerdo que teníamos una señora para que nos cuidara el campo, la cuál cuándo estabamos empachados nos sacaba el empacho y nos tiraba del cuerito :).
Cuando yo era chica tenía los curanderos en casa: mis abuelas materna, paterna y mi papá curaban el empacho con cinta. También mi abuela paterna y mi papá curaban las quemaduras “de palabra”, es decir por imposición de manos sin tocar y diciendo unas palabras. Mi papá, que vive todavía realiza esas prácticas.
Besos.
En México tambien se estila eso de que te curen, a mi una tia me curaba el empacho jalándole el cuerito de la espalda, no se cómo este ligado, pero siempre me funcionaba!!1
Creer o reventar pero mi mamà me cura el empacho con el centimetro y el ojeado tirando gotas de aceite en un plato y yo quedo como nueva! Y de paso aviso que me enseñò la formula secretisima para hacer las dos cosas una noche del 24/12 a las 12 de la noche. Fue un rito tan gracioso que despues de darme unos papeles con instrucciones cuidadosamente guardadas en un sobre color madera entre su ropa, nos agarro un ataque de risa a las dos! Pero funciona!!!!