0
Your Cart

3 días en Sicilia

Entrada a Gangi


La razón principal de nuestro viaje a Sicilia fue poder visitar y conocer el pueblo donde nació y creció mi abuelo paterno: El pueblo de Gangi.

Siempre me dio la sensación de ser tan remoto, tan inalcanzable, que el haber estado allí y haber llegado tan fácilmente, me parece un sueño.

Al llegar a Palermo, donde se encuentra el aeropuerto, alquilamos un auto y nos dirigimos a un pueblo llamado Polizzi Generosa. Ese pueblo era nuestra referencia para acceder a nuestro hotel.

Durante el trayecto en auto, no podía dejar de admirar las colinas verdes alrededor de la ciudad y cuanto más nos alejábamos del centro, más me maravillaba ver autopistas construídas que aparecían y desaparecían entre las montañas.

Llegamos al hotel. Bueno, hotel es un decir. En realidad es una enorme y antigua casa reformada a albergue, muy bien decorada, rústica y que se encuentra en el medio de las montañas y es un lugar, yo llamaría, “limbo” porque no pertenece a ningún pueblo.

Cada habitación daba a un patio central al aire libre donde dominaba un aljibe. Flores y plantas por todos lados y se sentía constantemente cantar a los pájaros.

No bien dejamos el equipaje nos fuimos a Gangi, así, sin comer.


Gangi

Sabía, por fotos que había encontrado en Internet, que había un bar llamado Seminara. En realidad, mi apellido es muy común en ese pueblo.

Gangi se encuentra sobre una montaña, verlo desde la ruta da la sensación de que la montaña es una gran torta verde con un decorado de crema naranja que se vierte desde la cima hacia abajo. (El “decorado de crema” vendría a ser el pueblo mismo).

Cuando llegamos dejamos el auto y nos dispusimos a recorrer el pueblo. Qué difícil fue! No había calles y todo era escaleras empinadas. Caminar hacia arriba fue cansador. Cada tanto encontrábamos viejitos sentados en bancos, con sus gorritas y bastones.

Al llegar a la Piazza del Poppolo, que sería la principal, vimos la iglesia y Ale encontró el famoso (para mí) Bar Seminara. A la entrada había un banco y tres viejitos sentados allí. Nos miraban sacándonos fotos y se reían silenciosamente. Se ve que les causábamos gracia.

Entramos (en realidad es un bar con heladería y venta de pizza) y gracias a Ale que habla italiano (si, yo soy la italiana “ma non parlo italiano”) le preguntamos a la señora que atendía, si su apellido era Seminara.

Ella nos dijo que el apellido es de su marido que en ese momento no se encontraba y Ale le contó cómo me llamaba yo y si conocía a alguien con el nombre de mi abuelo. Enseguida dijo “Ah, son de Argentina!” pero no pudo confirmarnos de que alguien de su familia recordara un nombre así.

Nos explicó que deberíamos seguir preguntando a otros Seminara en el pueblo pero que ya quedan pocos que recuerden a algunos de quienes partieron para Argentina.

Cuando le contamos que mi abuelo emigró luego de la primera guerra, ya muy segura nos dijo que no, que ya deberían estar todos muertos.

Era una respuesta que me la esperaba. De todas formas, muy amablemente se ofreció a buscarnos algunos teléfonos.

Mientras lo hacía, a mí se me caían las lágrimas, quizás de emoción por estar allí, quizás de tristeza por no poder encontrar algún familiar o muy probablemente por el hecho de darme cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde la muerte de mi abuelo, de la importancia de los afectos y la familia y de que a lo mejor algún tracito de mi historia se haya perdido para siempre.

La señora volvió con un papelito escrito y me vio llorando y sorprendida le preguntó a Ale “Eh! Por qué llora?”. Yo en mi pobre italiano le respondí que porque me acordaba de mi abuelo.

Ella entonces nos relató la historia del padre de su esposo, que murió trabajando en el campo, dejando a su esposa con dos niños y otro en la “pancia”, que su esposo era el mayor de esos hijos y que tuvieron una vida difícil.

Le agradecimos su ayuda, nos recomendó que fuéramos a un negocio cercano, también llamado Seminara y que luego volviéramos para contarle cómo nos había ido.

Caminamos unos metros y nos encontramos con una carnicería. Entramos, nos presentamos, y enseguida el señor nos preguntó si éramos de Argentina. Nos contó que él tiene parientes, más precisamente en Azul pero él los tiene bastante presentes porque hace poco lo fueron a visitar. Pero no tienen nada que ver con la familia de mi abuelo. Ellos tampoco. De todas formas, igual nos dieron unos teléfonos por si teníamos alguna otra duda, pero a esta altura sentí que mi búsqueda ya estaba terminada.

Volvimos al bar, le contamos a la señora y nos dijo que volviéramos el lunes (era un viernes) para ir al Registro Civil y ver qué nos contaban.

El lunes volvimos al pueblo, ya sin tanta mochila emotiva, y nos ayudaron un montón en el Registro Civil. Pedimos un acta de nacimiento de mi abuelo, el acta de nuestro matrimonio (yo ya era italiana cuando nos casamos) y hasta nos dejaron sacarle una foto al libro donde estaba asentado el nacimiento de mi abuelo.

Supimos en qué calle estaba la casa de mi abuelo pero ya no existía. Fuimos a la biblioteca a ver si tenían mapas viejos pero nos contaron que durante el fascismo se quemaron muchos archivos. Las empleadas nos ayudaron muchísimo, otra vez cruzaron llamadas con distintas personas del pueblo pero no tuvimos suerte.

Volvimos al bar, esta vez estaba Signore Seminara atendiendo, nos presentamos, y él nos confirmó que en su familia no había ningún Simone Seminara. Igual charlamos un ratito, nos despedimos, nos deseó suerte.

Cuando nos dirigíamos al auto le comenté a Ale que al segundo de ver al señor, supe que no éramos parientes. “Si no”, le dije “yo tendría esas pestañas”.

Cefalù

Cefalù es una localidad sobre el Mar Tirreno, muy turística, con playas, con mucho movimiento. Aquí se filmó, entre otras películas, Cinema Paradiso. Traté por todos los medios de acordarme de algunas escenas para, de alguna forma, individualizar alguna iglesia o plaza pero he visto tantas películas italianas, que realmente, cada esquina me parecía que había sido elegida para una escena.

Las calles son muy angostas, manejar por allí es sólo para gente tranquila como Ale, un nervioso se infarta. Hay muchos negocios donde se venden souvenirs pero también antigüedades y hermosas cerámicas. Compramos una trinacria, que en Sicilia se representa con la cara del sol y tres piernas. Y luego de cenar fuimos a tomar helados.

Saben cómo es costumbre servir el helado en Sicilia? Por supuesto que se puede elegir cucurucho o vasito, pero lo típico es comerlo con pan tipo brioche, o sea, un sándwich de helado de tres gustos! No! No me animé a tanto!

Monte Etna y Catania

Qué bueno que estuvo manejar hasta alrededor de 2000 metros sobre el nivel del mar! Queríamos subirnos a un cable carril para llegar a poder a hacer un poco de trekking sobre el volcán, pero estaba tan nublado que nos quedamos por ahí, hacía mucho frío. Yo no tenía abrigo así que después de comer algo me metí en el auto y me quedé ahí mientras Ale subió a un cráter.

Estuvo muy interesante acercarse hasta el Etna porque todo alrededor del camino había piedra volcánica negra, impresionaba la cantidad! También nos detuvimos a observar una casa rodeada de lava petrificada.

De allí decidimos ir a Catania. La recorrimos bastante porque nos subimos a un trencito turístico que partía de la plaza principal.

Recorrer el centro histórico de Catania fue como recorrer San Telmo pero la diferencia estaba en el estado edilicio: realmente, se notaba que las casas y palacios habían sido preciosos pero el estado actual era lamentable. Una lástima. Mucho graffiti, mucha pared arruinada.

Pero, dentro de todo, la ciudad igual es muy importante. Cuenta con shopping, con mucha gente que (siendo domingo) había salido a tomar helados y a dar la vuelta al perro y además, cuenta con muchas iglesias, preciosas todas.

Un párrafo aparte merece la cena en Catania. Vi en el menú que me dieron en un restaurant que servían caballo. “Ah, no me lo puedo perder!” pensé. Y pedí bife de caballo con ensalada. Les cuento? Un manjar! Riquísimo! De sabor muy parecido al cuadril.

Ah, si, yo no te como un helado con pan pero viste, caballo, no hay ningún problema!!!!

6 thoughts on “3 días en Sicilia

  1. Hola Alicia, nose si ya volviste,pero supongo porque alla dudo hayas tenido tiempo de escribir.

    Muy lindo tu paseo, es mas tengo que hacer uno asi antes de irme, me he leido los tre coments que has puesto pero este, el ultimo, me emociono, que lindo,ademas lo relatas de una manera que conmueve, siii debe haber sido algo especial para ti, la verdad nuestros abuelos son personas que nunca olvidaremos. Yo no puedo com parar la emocion que sentiste pero yo con nada mas despues de un anio que pase por la casa de mi abuelo( que era en mi mismo pais) me puse a llorar y recorde tantas cosas de la infancia,tantos momentos lindos vividos con el y un amor tan grande que siiii emociona al punto de las lagrimas pero es una mezcla de alegria y nostalgia.

    Te felicito por tu lindo paseo lleno de muchas emociones y que ademas los viajes siempre son lindos, conocer culturas diferentes y estilos de vida….sin duda debo hacer un viaje asi antes de irme.

    Besos y espero hablemos pronto!!

  2. Que conmovedor debe haber sido todo esto! Pero que afortunada sos de poder haberlo hecho!Me emocioné mucho al leer estos recuerdos, gracias por compartirlos!

  3. Hola Alicia ¡
    Hermosos tus comentarios sobre Gangi. Yo tambièn tengo ahì mis raìces, mi abuela vino a la Argentina en 1896 junto a sus padres y hermanas. El áño pasado tuve la suerte de conocer ese sitio “tan soñado” y que me produjo tantas emociones . Por eso, al regresar, me propuse recrearlo plàsticamente y estoy ahora preparando una muestra individual ( pinturas ,obejtos, fotografias ) para marzo próximo , aqui, en Córdoba , mi ciudad de origen.
    Te mando un gran abrazo y te agradezco tus cálidos comentarios sobre Gangi.

    Elen

  4. Alicia,
    hoy descubrí tu página. Emotivo tu relato. Estoy por emprender mi viaje a Italia precisamente a Ragusa Sicilia a la provincia de mis abuelos. Si bien hay familia de ellos, creo que va a ser maravilloso escucharlos contar las anécdotas de cuando aun se encontraban todos en el pueblo. Gracias por compartir tan lindo relato y empujarnos a seguir buscando las raíces
    Felicitaciones.

Comments are closed.